Nos conocimos en un encuentro de meditación y yoga, donde una mirada y una sonrisa bastaron para que algo quedara en el corazón. Aunque al principio solo fuimos amigos, el destino nos volvió a unir años después a través del yoga, la música y una conexión más profunda.

Él, separado. Yo, madre soltera. Con miedos e incertidumbres, decidimos dar un paso valiente: vivir juntos y construir algo desde el amor y la complicidad. Compartimos momentos desafiantes y aprendizajes que nos hicieron más fuertes como pareja.

Después de 19 años de amor, risas, desafíos y crecimiento personal llegó ese “sí” que celebra nuestra historia. Nos elegimos cada día, con nuestras virtudes y nuestras imperfecciones, sabiendo que el amor verdadero está en los pequeños detalles: en la risa, en la música, en aceptarnos tal como somos, en los abrazos, y en el “regaloneo” diario.

Esta es nuestra aventura de vida, una historia que seguimos escribiendo con cada latido.