Después de tempestades, nos encontramos. Areli, doctora con un gran corazón y sabor ecuatoriano, llegó a chile en busca de nuevos sueños, Rodrigo, gendarme con alma de fuego y raíces chilenas un gran soñador, dos corazones solitarios, se unieron en un momento inesperado. A pesar de nuestras diferencias culturales, personalidades, trabajos, salimos , nos conocimos, viajamos y descubrimos que nuestro amor era más fuerte que cualquier obstáculo. Ahora, después de superar tantos desafíos, deseamos sellar nuestro amor para siempre. ¡Únete a nosotros en nuestra boda y celebrar el amor que conquistamos!