Un día cualquiera nos encontramos, y desde ese momento comenzamos a caminar juntos. Hay amores que llegan en el instante preciso, cuando Dios decide entrelazar dos caminos. Así comenzó nuestro amor, con dos adolescentes que aprendieron a caminar de la mano, a soñar, a reír, pero también a sostenerse en los momentos más difíciles. Hoy hemos decidido dar el tan esperado ‘SI’, uniendo nuestras vidas delante de Dios con la certeza de que lo que Él une, nadie lo podrá separar.